Alondra Olivera
Oaxaca, Oax.- “Sandra Estefana Domínguez, presente, ahora y siempre” Fue la consigna que se resonó para despedir a la abogada y activista mixe y darle el último adiós en su morada: el panteón de San Pedro Ixtlahuaca, donde su familia podrá visitarla, llevarle flores y llorar su pérdida.
El clamor vigente de quienes la acompañaron es de ¡justicia! ¡Justicia!
Fue una despedida emotiva, su madre, hermanas, amigos y conocidos lloraron y le aplaudieron, pues la activista será recordada por su defensa en favor de su pueblo y de las mujeres.
Sandra desapareció en octubre de 2024, pasaron 206 días, seis meses, para poder localizarla aunque no como su familia esperaba.
Fue la presión de la familia y organizaciones civiles, quienes hicieron eco a nivel nacional e internacional, como las autoridades agilizaron el proceso de búsqueda hasta ubica el rancho donde se encontraba enterrada en una fosa con su esposo Alexander Hernández.
Sin embargo, para otras personas desaparecidas como el caso de los 14 jóvenes oaxaqueños que viajaron a la Costa, el empeño por atender su localización no es no ha sido el mismo.
De alguna manera, la familia de Sandra ha encontrado tranquilidad y paz a su incertidumbre de dónde estaba y que le pasó, aunque su activismo haya sido minimizado por las autoridades y resaltado que el secuestro y asesinato se debió a un ajuste de cuentas por los nexos de Alexander con grupos de la delincuencia organizada.
